Mercado Cabanyal

Estamos en la València más litoral, la que se asienta sobre los barrios de El Cabanyal y El Canyamelar, que hasta finales del siglo XIX fueron pueblo independiente, El Poble Nou de la Mar, y que siempre han mirado al Mediterráneo por ser cuna de pescadores. La esencia del pasado aún se reconoce en el entramado en forma de red de su particular urbanismo y que recuerda la disposición original de las primigenias barracas levantadas en paralelo al mar. También destila ese sabor el mercado. Un sabor a bonito, calamar, chipirón fresco, corvina, dentol, escorpa, pajel, sargo imperial, juliola y un largo etcétera de especies, muchas veces capturadas bien cerca de las playas de València. Fiel representante de lo que este espacio ofrece es uno de sus puestos más clásicos, Pescados Bianca, con cuatro generaciones al servicio de los muchos feligreses, en ocasiones venidos de bien lejos, de esta oferta infinita de tanto producto fresco con aroma a salitre. También las conservas y saladuras recompensan el desplazamiento. Y si no que se lo digan a quienes frecuentan Aceituna y Salazones Ginés Ponce o a Salazones y Conservas Chimo Gay.

Su emplazamiento actual, que data de 1958 pero ha sido remozado recientemente, es un edificio amplio, con las comodidades propias de nuestros tiempos y una superficie de 3500 m2 que concentra los más de 150 puestos de venta existentes. La modernidad no excluye las referencias a lo mejor de un pasado de gran tradición, todavía en la memoria de los habitantes de esta parte de València. Así, en su exterior, en concreto en la fachada a la calle Martí Grajales, siguen vendiendo los agricultores de las zonas cercanas en la denominada Tira de Contar. Los puestos de venta de productos traídos directamente del campo lo hacen especial, por ser uno de los dos mercados de la ciudad que tienen esta particularidad: la venta directa del agricultor al consumidor (de jueves a sábado, de 8:00 a 14:00 h.).