Hallada en València la Excalibur española, datada en el S.X
| 13.05.2024 | 18:36
Acaba de ser desvelada la incógnita alrededor de la espada descubierta en 1994 en una casa antigua de Ciutat Vella. No se ha sabido su verdadero origen hasta ahora, 30 años después de que apareciera clavada en el suelo del foso.
Al sacarla, sus 46 centímetros de hierro, adornados con placas bronce y escotaduras para facilitar el uso de su portador y la curvatura de su punta, típica de la época visigoda, apuntaban a que la Excalibur valenciana pertenecía al pueblo bárbaro.
Sin embargo, unos trabajos de restauración realizados en los últimos meses por el Servicio de Arqueología del Ayuntamiento de València han desvelado que el origen de la famosa espada es islámico.
Data del siglo X, de la épica califal de la ciudad, conocida entonces por Balansiya. Ha sido probado gracias al análisis de los estratos sedimentarios. Con la historia multicultural de la ciudad de València y las difíciles condiciones del suelo en lo que respecta a la conservación de vestigios pasados, este supone todo un descubrimiento para la historia arqueológica no solo de la ciudad, sino de todo el país. No en vano, se trata de la única espada de características similares, solo equiparable a la encontrada en las excavaciones de Medina Azahara perteneciente a la ciudad califal de Abderramán III.
Se espera que, para después del verano, la espada pueda visitarse junto a otras evidencias arqueológicas en la Casa Consistorial del Ayuntamiento de la ciudad.
Una de las pocas evidencias de la época musulmana de la ciudad
La espada se suma al leve legado encontrado de los más de 40 años de la taifa de Balansiya. En una ciudad sin apenas evidencias arqueológicas al respecto por las religiones monoteístas de sus ocupantes posteriores, los restos de la muralla árabe del casco antiguo y el Portal de la Valldigna son la única prueba arquitectónica de una época medieval que, entre unas cosas y otras, acabaría alargándose hasta la conquista de Jaume I en 1238.
Una época cultural que sí se ve reflejada en otros aspectos que, definitivamente, tienen una gran influencia en la vida y costumbres actuales valencianas. El cultivo del arroz y los cítricos, el uso de las acequias —y, más adelante, la creación del Tribunal de las Aguas, Patrimonio de la Humanidad— o la afición a la pólvora son herencia directa de la antigua Balansiya, por ejemplo, como explica el legado de la València árabe.