Playas de Valencia ciudad
Playa del Cabanyal (Las Arenas) y la Malvarrosa
A la playa andando: El Cabanyal, la Malvarrosa y la Patacona
Son las playas de València ciudad y están a tiro de piedra del centro y de sus muchas atracciones. Se trata de amplios arenales que gozan de todo tipo de equipamientos. Dispones de todos los servicios que puedas imaginar para tu comodidad a lo largo de tres kilómetros y medio. Sin interrupción. Se trata de la del Cabanyal, la situada más al sur, la de la Malvarrosa y la de la Patacona, que aunque pertenece a la vecina localidad de Alboraia se sitúa a continuación. Desde la cercana Marina de València tienes una perspectiva lateral de esta amplia franja de costa de fina arena y un mar radiante en el que los pececillos se acercan hasta tus pies.
Fácil acceso y mucha diversión
Es muy fácil acceder a estas playas. Cuentas con la red metropolitana de autobuses y de metro, el carril bici, el coche particular con amplios aparcamientos en la zona y hasta la opción de llegar andando. ¡Date el capricho!
Y si eres de andar y mover el cuerpo dispones de esa maravilla de Paseo marítimo que une las playas del Cabanyal y la Malvarrosa. Si quieres ir más allá de los paseos tienes acceso a todos los deportes náuticos y actividades físicas relacionadas con el mar que se te ocurran en la Marina de València. Encontrarás también dos infraestructuras singulares: el complejo de volley playa y el arrecife de la Malvarrosa.
Y no te pongas límites a la hora de disfrutar con actividades deportivas porque no vas a tener problemas para deleitarte con delicias culinarias a la hora de reponer fuerzas. Desde la Marina de València hasta la playa de la Patacona se encuentran algunos de los mejores restaurantes para degustar las especialidades de esta tierra: el arroz del senyoret (con marisco pelado), la paella Valènciana, los sepionets a la plancha, el arroz negro y, en general, las especialidades de la estupenda cocina mediterránea con los mejores productos del mar y de la cercana huerta.
Pero la oferta de ocio va mucho más allá. Abundan los cafés, los pubs y discotecas para que solo tú decidas cuándo concluye tu jornada. Y si te alojas en alguno de los coquetos hoteles a pie de arena no te preocuparás de nada más.