Los pueblos más bonitos de la provincia de València
Hacer una lista de los pueblos más bonitos de la provincia de València no es tarea fácil, francamente.
A lo largo y ancho de la provincia hay tantas aldeas y pueblitos cargados de historia que se palpa en sus calles, que hacer un ranking se hace complicado.
Cascos urbanos con huella romana y musulmana, callejuelas pintorescas y plazas recoletas donde desconectar y comer de lujo tenemos en abundancia. ¡Y rodeados de naturaleza salvaje!
Lo cierto es que la provincia de València tiene el privilegio de contar con una biodiversidad rica y diversa en cuestión de pocos kilómetros; puedes estar tomando el sol en la playa y plantarte en un paraje de montaña en menos de media hora.
Hemos preparado una lista variadita de pueblos más bonitos de la provincia para que tengas donde elegir y puedas hacerte un combo de pueblo con encanto y entorno natural de escándalo para un día de escapada.
Empecemos.
Ademuz
El primero de la lista es un pueblo de la comarca del Rincón de Ademuz, entre Teruel y Cuenca.
¿Sabes ese pedazo de la Comunidad Valenciana que parece estar fuera del mapa? Pues ahí está la comarca y la población que lleva su nombre.
Ademuz es un pintoresco pueblito que se extiende por la ladera del monte de los Zafranes como en bancales. Ya de lejos puedes ver el manto de casitas que descansan sobre la montaña con el Castillo de Ademuz en lo alto.
Además de patear sus calles adoquinadas tienes que probar su empedrao (arroz con alubias pintas, costillas y morcilla), hacerte con miel de la buena y manzanas, que por allí son una delicia y las tienen de muchas variedades.
Y en los alrededores puedes hacer un tour por alguno de sus siete pueblos con sus diez aldeas o marcarte una ruta de senderismo por el Parque Natural de la Puebla de San Miguel o el río Bohílgues y sus cristalinas aguas.
Ayora
En toda lista de los pueblos más bonitos de la provincia de Valencia que se precie tiene que estar Ayora sí o sí.
¿Por qué?
Pues porque su patrimonio histórico y artístico es muy abundante y su repertorio de parajes naturales no se queda atrás.
Bien podríamos decir de Ayora que es una población monumental la mires por donde la mires. Su edificación más espectacular por las dimensiones y porque preside la cima del pueblo es el Castillo de Ayora.
Pero además tiene la Iglesia Nuestra Señora de La Asunción, del S. XVI, la de Santa María la Mayor del S. XIII y la Cruz de San Antón, una cruz cubierta de estilo gótico en perfecto estado. Casi nada.
Aparte de estas tres maravillas, cuando pasees por el pueblo tienes que recorrer sus calles de tipo medieval en el Barrio de los Altos, el antiguo barrio judío de Santa Bárbara y dejarte caer por el Barrio de El Hueco para admirar sus edificios de estilo renacentista.
Y para disfrutar de su naturaleza, toca una caminata por la ruta de la reserva natural de la Hunde y el Pico Palomera.
Bocairent
Bocairent es uno de los pueblos más visitados de la provincia de València porque su nivel de conservación es muy alto y deja ver sus encantos histórico-culturales.
Es una población literalmente excavada en la roca y su barrio medieval fue declarado conjunto histórico-artístico nacional ya en 1975. Y es que su peculiar orografía, con casitas apelotonadas que trepan por la montaña le dan un encanto especial.
Prepárate para subir unas cuantas cuestas, pero te aseguramos que el esfuerzo vale mucho la pena.
Además de pasear por sus características callejuelas, tienes que acercarte a admirar les Covetes dels Moros, un conjunto de unas 50 cuevas con forma de ventana que están abiertas a mitad de una pared vertical rocosa. Todas estas aberturas dan acceso a unas cámaras que están conectadas entre sí y a las que se puede acceder.
Por si fuera poco, el pueblo está enclavado en el Parque Natural de la sierra de Mariola, que ofrece opciones de senderismo para todo tipo de viajeros.
Buñol
Que Buñol se ha hecho famoso en el mundo entero por La Tomatina es indiscutible; pero que no es su único atractivo, también.
De hecho, su patrimonio histórico tiene sitios tan importantes como el Castillo de Buñol, que data del S. XIII y se conserva tan bien que convierte su visita en todo un viaje al pasado.
El castillo tiene dos recintos: el militar y el residencial. Ojo con este último porque guarda maravillas como el Palacio Gótico con su Sala del Oscurico, la Iglesia del Salvador y la Casa Señorial, donde está el Museo Arqueológico.
Así que, empieza por ahí y luego ve recorriendo las calles de su casco antiguo.
Estos son sus must: la Iglesia Parroquial de San Pedro, el Parque de San Luis y el Molino Galán. Y la plaza del pueblo para ver la calle donde se celebra todos los agostos La Tomatina.
Aprovecha que estás en Buñol para hacer senderismo e ir a la Cueva del Turche y las pozas del Río Buñol, que es un recorrido con piscinas naturales espectaculares donde te puedes dar un buen baño. Eso será si vas en verano, que en invierno el agua está helada.
Chelva
Chelva es uno de los pueblos más bonitos de la provincia de València y así lo demuestran los reconocimientos que tiene: en 2018 fue elegido como segunda Maravilla Rural de España, su Fiesta de San Antón es de Interés Turístico Provincial, es Destino Starlight y su centro histórico es Bien de Interés Cultural.
Y todo bien merecido.
Así que cálzate unas buenas zapatillas porque todos sus barrios merecen ser vistos: el barrio andalusí de Benacacira, el cristiano de las Ollerías, el barrio judío del Azoque y el Arrabal, que es el mudéjar-morisco.
Sí, sí, un festival de culturas en el que sumergirse por callejuelas sinuosas e ir descubriendo rincones a cada paso.
Otro de sus tesoros es la Ruta del Agua en el río Chelva, repleta de manantiales y fuentes naturales. No te preocupes si vas con niños o no eres un pro de los deportes de montaña porque el itinerario es muy facilito. Y prepara el bañador para el verano porque seguro que querrás darte un chapuzón.
Chulilla
Chulilla está en la comarca de Los Serranos y es uno de esos pueblos valencianos en los que las casas están como clavadas en la montaña de manera que cuesta comprender cómo han podido ser construidas así.
Es ese pueblecito que todos tenemos en la cabeza en el que parece que el tiempo corre de otra manera; en Chulilla te esperan un entramado de callecitas empinadas llenas de balcones floridos, hornos donde comprar productos típicos y barecitos donde tomar el vermú tranquilamente.
Coronando el casco urbano está la fortaleza vigilando allá donde estés.
Y en cuanto a naturaleza la Ruta de los Puentes Colgantes es su plato fuerte pero, ojo, que si tienes acrofobia puede que pases un mal rato porque su altura impresiona casi tanto como el paisaje.
Cofrentes
¿Por qué incluimos Cofrentes en la lista de los pueblos más bonitos de la provincia de Valencia?
En primer lugar porque su ubicación geográfica hace que tenga una naturaleza espectacular a su alrededor, lo que la convierte en un sitio perfecto para deportes de aventura y para disfrutar de vistas preciosas.
Y es que Cofrentes está donde confluyen los ríos Júcar y Cabriel, que envuelven el pueblo en un circuito de meandros, hoces, riscos y un embalse, el de Embarcaderos. Y para rematar, el Volcán Cerro de Agras, que desprende burbujas de gas hacia el manantial de Hervideros.
Este lugar pide un Balneario, ¿verdad? Pues existe. Es el Balneario de Hervideros, donde te puedes alojar y recibir un tratamiento si te puedes quedar a pasar la noche.
Aparte de disfrutar de su privilegiada riqueza medioambiental, en Cofrentes tienes que visitar su castillo y perderte por sus callejuelas, cuyo diseño viene de la época islámica.
Mientras paseas fíjate en que muchas casas tienen una fachada muy parecida: la puerta a un lado y una ventana al otro, arriba un balcón y un tercer nivel con la cambra, que es un almacén para guardar la cosecha.
El Palmar
Entre los lugares más bonitos de València tenía que estar El Palmar, al que podríamos considerar el alma del Parque Natural de La Albufera.
El Palmar es básicamente un pueblo de pescadores rodeado del agua del lago, cultivos de arroz y huerta. Por eso no es de extrañar ver barcas aparcadas en los canales a la puerta de las casas o de alguna tradicional barraca que todavía se conserva.
Si has leído Cañas y Barro (o la serie inspirada en la novela de Vicente Blasco Ibáñez) podrás imaginarte cómo es el Palmar. Y si has visto la serie El Embarcadero, justamente esa es la imagen del entorno del pueblo.
Lo suyo es tomar una de sus tradicionales embarcaciones, llamadas albuferencs, y que cualquiera de sus simpáticos barqueros te cuente la historia del lugar y te muestre la riqueza medioambiental de La Albufera, que llega a tener hasta 250 especies de aves diferentes.
Importante: el atardecer es la hora mágica para ese paseo en barca.
Otro imprescindible para que la jornada en El Palmar sea redonda es tomarse una paella, que para eso nació aquí.
Requena
Requena es sin duda una de las poblaciones más especiales de València. Y de las más frías, cosa que se agradece en verano cuando en la costa las temperaturas son sofocantes.
Precisamente al final del verano se celebra la Feria y Fiesta de la Vendimia de Requena, declarada de Interés Turístico. Y es que la tradición vinícola de Requena forma parte de su ADN y eso se ve sobre todo en los barrios de la Villa y Las Peñas donde hay varias bodegas visitables.
Y también en todo su término municipal que está sembrado de un manto de vides cuya fruta se destina a la producción de sus vinos.
Requena es la puerta de la meseta y precisamente esa característica es la que la ha convertido en lo que es hoy porque ha sido lugar de paso de distintas civilizaciones de las que quedan lugares como el Barrio de la Villa, el Colegio del Arte Mayor de la Seda, la Fortaleza o la Judería, entre otros monumentos.
Vamos, que no te la acabas.
Si algo no te puedes perder de Requena son las Cuevas de la Villa que están excavadas en el subsuelo; son 22 cuevas de la época musulmana en las que puedes ver enormes tinajas que se utilizaban para la elaboración del vino.
Y para completar el dúo historia y naturaleza, está el Parque Natural de las Hoces del río Cabriel, que es la frontera natural entre València y Castilla-La Mancha. Hay varias rutas de senderismo que puedes hacer y las hay para todos los públicos.
Si te va la marcha, márcate un rafting. Dependiendo de la suelta de agua del pantano Contreras será en un tramo u otro. Así que, si vuelves en otra ocasión, es muy probable que la aventura que te espera sea totalmente distinta.
Serra
Para terminar nuestra lista de los pueblos más bonitos de la provincia de València nos movemos a Serra, que es uno de los pueblos con más encanto de la provincia de València.
Está en el puro centro del Parque Natural de la Sierra Calderona, uno de los espacios naturales protegidos más emblemáticos de la Comunidad Valenciana. Sus desniveles y barrancos son garantía de senderismo del bueno y vistas de escándalo desde todas partes.
Si te va la montaña de verdad tienes que programar una subida al Mirador Garbí para disfrutar de una panorámica de toda la sierra y hacerte fotos dignas de Instagram.
En el casco antiguo se tercia patear sus calles para comprobar de primera mano el paso de musulmanes y cristianos. Ahí siguen las antiguas torres vigías de la Ria, Ermita o Satarenya y la neoclásica Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles.
Y en las afueras está el castillo, pero sobre todo su edificio más importante, que es la Cartuja de Portaceli. Este lugar fue el primer monasterio de la orden de la Cartuja y es de 1271 nada menos.
Y no es de extrañar que asentaran un monasterio en este sitio porque la tranquilidad y silencio son máximos.
Aunque no es visitable porque en ella viven todavía monjes cartujos, el entorno merece la pena porque tiene adosado un acueducto gótico de doce arcos que lo hace todavía más espectacular.
Y aquí damos por terminado nuestro recorrido por los pueblos más bonitos de la provincia de València en los que un día te cunde de lo lindo para desconectar. ¿Ya sabes por cuál vas a empezar?