Cripta Arqueológica de la Cárcel de San Vicente Mártir

En el marco de un magnífico tesoro arqueológico, herencia de un pasado visigodo, el visitante puede realizar un viaje audiovisual por la historia de València, guiado por un antepasado que revive los orígenes de la ciudad.

Todo el conjunto se completa con una valiosa exposición de piezas relacionadas con el lugar: pintura mural romana, altar y cancel visigodos, materiales islámicos y una escultura de San Vicente Mártir. Un conjunto arqueológico digno de admirar.

La Cripta Arqueológica de la Cárcel de San Vicente Mártir, es un antiguo edificio visigodo, datado del siglo VI que originalmente sirvió como capilla funeraria destinada a albergar los restos de un prelado.

El edificio presenta una construcción mixta de sillar reutilizado y masonería, destacando la atención a los detalles en su exterior, con encantados de mortero que subrayan los sillares. La nave está cubiertas por una vuelta de cañón, y existen indicios de que pudo haber contado con una segunda planta. En la parte inferior de la nave, se construyeron arcosolios que probablemente se utilizaron para la disposición de sarcófagos. En el crucero se encontró una tumba con restos de un hombre adulto, lo que sugiere una inhumación secundaria, es decir, un traslado posterior de los restos de otro lugar.

Además, la excavación ha revelado importantes hallazgos como el Cardo máximo, una extensión de la Vía Augusta dentro de la ciudad, y varios restos romanos, incluidos fragmentos de una pintura mural del dios Mercurio. La Cripta también formaba parte de un conjunto episcopal que incluye la catedral y otras capillas. A lo largo de los siglos, el edificio fue transformado, y en época islámica, se usó como baños palaciegos, lo que dejó su huella en la estructura. La excavación ha recuperado valiosos objetos, como cerámica decorada y jarras de bronce, lo que hace de este lugar un punto clave en el patrimonio arqueológico de València.